IX MENSAJE DEL 27/09/2015
LOS DÍAS DEL ARCÁNGEL MIGUEL EL IX MENSAJE A SALVATORE VALENTI
Soy Miguel General y Arcángel del Señor, hoy estoy aquí con ustedes a instancias del Todopoderoso.
Di indicaciones para dar vida al movimiento de oración formado por varios grupos, muchos grupos unidos por el amor de Jesús en un solo grupo, "el Ejército de Cristo". Únanse los días 29 de cada mes y oren a nuestro Señor Jesús y yo Arcángel Miguel estaré allí entre ustedes.
El todopoderoso me envió para protegerte.
En este tiempo satanás está tratando de destruir a las familias y a la iglesia, sepan que la Iglesia aunque sea atacada no será destruida, yo protejo a la humanidad, y fui enviado para recordarles que Jesús no los ha abandonado, son ustedes los que no miran. para el
Las familias se destruyen porque no rezan, o porque uno de los cónyuges no reza, las familias que rezan, van a misa y se comunican con Jesús, aunque sufran el ataque de Satanás no pueden ser destruidas, lean el Evangelio y vivan la evangelio
Todos los sacerdotes obran por voluntad de Dios, pero hay algunos de ellos que, con un comportamiento inconformista, vacían las iglesias, no se dejen influenciar por el comportamiento erróneo de algunos sacerdotes, van a misa todos los domingos y se comunican con Jesús, sabe que la única salvación tuya es Jesús.
Obispos que dirigen la iglesia, sepan que el buen pastor da su vida por sus ovejas, salgan entre el pueblo y llévenlo a la salvación, hay pocos exorcistas, satanás se esconde entre el pueblo, nombren más exorcistas.
A todos ustedes, hombres, les quiero recordar que no juzguen, porque un día con la misma medida que juzguen serán juzgados.
Una vez más los invito a participar de la Santa Misa todos los domingos ya comunicarse con Jesús.
Sucesor de Pedro, recita la oración del Papa León XIII en todo el mundo, al final de cada misa, antes de la bendición, y yo, el Arcángel Miguel, a instancias del Todopoderoso, libraré a la Iglesia de las tentaciones de Satanás.
Los invito a reflexionar sobre los mensajes que les he dado en este tiempo, para que lo dicho no signifique que no se haya dicho.
Yo Arcángel Miguel, por voluntad del Altísimo, con esta agua consagrada por mí, os bendigo, id en paz y orad, orad, orad, nuestro Señor Jesús.
