LOS DÍAS DEL ARCÁNGEL MIGUEL EL SEGUNDO MENSAJE A SALVATORE VALENTI
Soy Miguel, siervo, General, Arcángel de nuestro Dios.
Hoy estoy aquí con vosotros, porque Jesús nuestro Dios os ama tanto, quiere que os convirtáis y quiere llevaros a todos con él al reino de los cielos.
El Señor está triste por vosotros, porque entre vosotros hay hijos que en vez de orar y honrar a Dios con la oración y las obras, lo ofenden y lo insultan con blasfemias y obras de satanás. Estas son cosas muy serias; todos los que cometen esto son malditos y sufrirán en este mundo y tendrán que orar mucho para ver la luz del Todopoderoso. Os digo que la noche de los blasfemos será iluminada un día por una lluvia de fuego que quemará el espíritu y atormentará el alma por la eternidad. Arrepiéntete mientras estés a tiempo y honra al Señor con la oración y las obras que Jesús te enseñó.
Dios padre amó a su hijo, lo consoló en el momento más oscuro de la vida terrena y el hijo honró a su padre ofreciendo su sangre por todos vosotros.
Ahora bien, entre vosotros hay padres que explotan a sus hijos y los abandonan a sí mismos, así como hay hijos que hacen lo mismo con sus padres.
Éstos no verán la luz de Dios, sino que dormirán el sueño de la muerte y sólo al final serán despertados por satanás para ser conducidos al fuego eterno, y cuando llorando se volverán a mí, les responderé: "Tú fuiste dicho, ahora no puedo hacer nada, porque es el último día y se debe aplicar la justicia del Altísimo”.
Todavía tenéis tiempo, arrepentíos y no hagáis más estas obras, orad a Cristo que es misericordioso y os perdonará, porque todo lo que hace un hijo es bienvenido al padre.
Todos los que, bautizados en la iglesia de Dios y consagrados con el sello de Cristo, buscan al Altísimo por otros caminos y otros credos, cometen pecados graves, saben que el único camino para llegar a Dios es Jesús, quien mismo instituyó la Iglesia, indicando en Pedro a su sucesor, por eso os digo: confiesaos, id a misa todos los domingos y comulgad y sólo así seréis un solo cuerpo con Cristo.
Cualquiera de vosotros que siga viviendo sin haber sido unido por la Iglesia con el sacramento del matrimonio está en pecado y sólo reparando el error podrá presentarse ante Dios Nuestro Señor Jesús quiere que respetéis el sacramento del matrimonio, que no cometáis adulterio, que no os separéis, sino que os améis. Eventualmente serás juzgado por las acciones que has hecho.
Invito a los sacerdotes, especialmente a los que están comprometidos en la batalla contra el mal, a respetar el ayuno de Cuaresma y también a invitar a los fieles a respetar el ayuno; sólo así fortaleceréis vuestra fe y seréis más fuertes en la batalla contra las fuerzas del mal.
En el último día, sabed que estas cosas os fueron dichas.
Después de haber subsanado los errores, venid, pero venid con arrepentimiento fe y devoción, y yo Arcángel Miguel a instancias del Todopoderoso con esta agua sanaré vuestro espíritu y el espíritu sanará vuestra alma.
Ahora ve en paz y ora, ora, ora a nuestro Señor Jesús.
